MI VECINO

Yefferson Miranda, nueva cara en el Concejo de Medellín

Por: Diana Carolina Zúñiga 

 

 

 

Yefferson Miranda, es una de las nuevas caras que llega al Concejo de Medellín, además, de ser él Concejal más joven de la corporación. Este representante del Partido Verde, fue ganador de su  curul con 6.621 votos,  obteniendo la mayor votación entre los candidatos de la lista verde. Con su llegada al Concejo, fue postulado y designado como Vicepresidente I y representante del Concejo ante el Área Metropolitana.

 

Miranda es un joven de 27 años, nacido en el barrio Popular N° 2  zona Nororiental de la ciudad, donde ha tenido reconocimiento por su ardua labor en pro de la comunidad, su bachillerato lo realizó en el colegio militar José María Córdova, destacándose como Brigadier, actualmente cursa décimo semestre de trabajo social, en la Universidad Minuto de Dios. 

 

A sus 16 años de edad, fue elegido Presidente de la Casa Juvenil “jóvenes en marcha” del Popular N°2, donde inicia su trabajo comunitario y político  para articularse al sector público. En el año 2003  trabajó  para la campaña a la Alcaldía de Sergio Fajardo, en el 2004 fue nombrado defensor de espacio público y luego coordinador de el equipo social del centro de la ciudad para venteros. De igual forma  fue coordinador de proyectos como: El Plan de Atención Integral de Ciudad, y programas como El Comité de Aseo y Medellín más segura, en la administración de Alonso Salazar.

 

Finalmente, Yefferson Miranda,  desde el Concejo quiere apostarle a la continuidad de programas como Buen Comienzo y Medellín solidaria, así mismo continuar el trabajo que ha desarrollado con los comerciantes informales y  trabajar por la creación de un Instituto Joven, donde se articule toda la oferta de la ciudad con la demanda de los jóvenes.

 

 

 

Andrés Amórtegui, un hombre dispuesto al servicio social

Por: Carlos Amórtegui

 

Encuentro nacional de radiocadenas Colombianas. De izquierda a derecha:

 Andrés Amórtegui (productor radial y musical de Todelar), Dj Doho (RCN radio) y Dj Fido (Energía St).

 

Andrés Amórtegui es un joven de 24 años de edad que vive, hace más de ocho años, en el barrio Pedregal de la ciudad de Medellín. Pasivo y amable, Andrés se dedica a la producción de radio y televisión, desde muy pequeño siempre soñó con hacerlo.

 

Actualmente se desempeña como productor musical en las distintas radioemisoras de la cadena Todelar S.A y, además de esto, se desempeña como productor de televisión en el canal comunitario TeleCastilla, un canal con contenidos netamente educativos en su variada producción.

 

Él vive con su familia integrada por su padre, su madre y su hermano. Desde muy pequeño siempre le han enseñado a convivir en sociedad y a respetar los gustos ajenos –tal y como lo afirma Andrés-. Asevera también que, dentro de su proyecto de vida, tiene diseñado realizar su maestría en Comunicación audiovisual, y de esta manera ampliar su hoja de vida profesional personal. Con base en esto, Amórtegui desea presentarse en las próximas convocatorias realizadas por la Universidad de Antioquia para asegurar su puesto dentro de la maestría.

 

Referente a esto, Andrés confiesa que cuando termine sus estudios, presentará a la alcaldía de Medellín un proyecto  que se relaciona directamente con la educomunicación en las emisoras y canales comunitarios de la ciudad, “la verdad me gusta ayudar a la comunidad, máxime porque esto me ayuda a formarme como un ser humano sensible”, dice.

 

Desde que era niño, él siempre dirigió la emisora estudiantil del colegio al cual pertenecía, mostrando desde temprana edad la pasión por los medios de comunicación. A sus 16 años, ingresó a estudiar producción musical y Dj en la academia DJ Station, de la cual se graduó como “Dj productor musical”.

 

Dice también que uno de sus hobbies principales son los videojuegos, de los cuales “no pasa un día sin jugarlos” como lo dice. Además de ello, es amante de los animales, en especial de los perros, hámster y conejos. Finalmente, Andrés aparente ser un hombre servicial y sensible ante las situaciones y las diversas realidades sociales en las cuales se ve inmerso.

 

 

Un Envigadeño para no olvidar

Por: Eliana Rodríguez 

 

 

En 1962 recorría calles empedradas de Envigado un joven flaco, peludo, de mirada incisiva, solitario. Se sentaba en  el parque, bajo la ceiba que había diagonal a la iglesia, pero un día del año siguiente no se le volvió a ver. Se rapo la mitad de la cabeza para obligarse a no salir de la casa y así poder armar su primer libro. Fue expulsado del colegio San Ignacio de Medellín por haber negado el primer principio al padre Quiroz, su profesor de filosofía. Fernando González fue  un hombre en busca de un Dios interior y lo encontró en cada uno de los libros que escribió.

 

Fernando González, pensador suelto, creó filosofía viva a orillas de la quebrada La Ayurá. Fue un “maestro de escuela”, un espíritu rebelde  pero al mismo tiempo amante de la vida y de la realidad colombiana.  Logró forjar un pensamiento filosófico a partir de nuestra idiosincrasia, utilizando un lenguaje tan propio de nuestro pueblo que le valió ser calificado de mal hablado. Se proclamó maestro, pero, según sus mismas palabras, no buscaba crear discípulos, sino solitarios. Su obra es siempre nueva, fresca. Y su vida fue un viaje de la rebeldía al éxtasis de la escritura.

 

Nació el 24 de abril de 1895 en Envigado, Antioquia, y vivió intensos 69 años. Desde niño su espíritu original y rebelde se manifestó con ímpetu y le llevó a vivir entre letras, libros y filosofía.

 

El 10 de abril de 2001 murió Fernando González Restrepo, quien había dedicado su existencia “a cuidar la obra y el pensamiento de su padre, desde la soledad y una intensa vida interior” así lo recuerdan quienes cuidan de su casa “otra parte”, un lugar abierto a la literatura que le hace homenaje a este escritor  Envigadeño, el nombre se lo puso el mismo en el año de 1959, este nombre  denota una actitud de independencia, de distanciamiento social. Convirtiéndose hoy en día en un lugar abierto para quienes disfrutan de la literatura, del pensar, de quienes se quieren adentrar en los pensamientos de este personaje magnifico e inolvidable de quienes quieren disfrutar de una buena lectura al lado de las energías del gran pensador  que fue Fernando González.

 

 

Un día difícil

Por: Ángelo Arroyave

 

 

“Todos cuentan su historia y nadie sabe, las miradas no rompen las barreras del maquillaje…Su apariencia y su interior no compaginan, ella se conoce,  la sociedad se la imagina” (Fragmento  extraído de la canción: princesita de Los Aldeanos).

 

Orfa  se para frente al espejo, se organiza el cabello y se maquilla cuidadosamente para verse linda,como si fuese a  atrapar con los  encantos de su cuerpo a su enamorado. Tiene un vestidito que le llega casi a la altura de la entrepierna, tiene los senos  un poco descubiertos, con una intención insinuante.Camina con cierta vanidad,como si modelara por una pasarela,con unos tacones que la hacen ver unos centímetros más alta de lo normal.

 

En su larga experiencia tiene mil secretos para enloquecer  a un hombre pero no es precisamente para enamorar a alguien; es su mejor método para que le pueda ir  bien en su trabajo.

 

Son las seis de la tarde,   el día esta terminando y la oscuridad en el cielo da cuenta de que está entrando la noche. Se siente el bullicio delos bares y tabernas que normalmente  ambientanla Veracruz y sus alrededores.

 

Orfa Rodríguez es una mujer trigueña de ojos claros, que reflejan la incertidumbre  y la  necesidad de conseguir dinero para llevar comida  a su hogar. Ella tiene veintiocho años pero el ritmo de vida tan acelerado por la rumba,  el alcohol, el trasnocho y las drogas la ha deteriorado y la hace ver como de treinta y cuatro.

Ella  es una mujer  que aprendió de todo en la vida, fue estilista, camarera, y confeccionista, pero la falta de oportunidades la sumergió en el mundo de la prostitución hace 10 años. Es madre de tres niños, en el día es  ama de casa,pero,al caer la tarde deja sus oficios hogareños y se prepara  para satisfacer  sexualmente a borrachos  y demás hombres que en ella descargan su virilidad.

 

Camina de arriba abajo por el sector deTéjelo, la Veracruz, la Avenida de Greiff  y el Raudal. Pero hoy no es su día de suerte, ya pasó la tarde y, según ella, no ha comido nada ni ha encontrado un cliente para que le calme el hambre a cambio de placer.

 

Algunos pasan por el lado de ella, la miran, la vacilan pero no le prestan atención.Otros  simplemente la ignoran.De repente se le acerca un señor de edad avanzada. Ella lo mira y le dice “papito rico lo hago pasar bueno, deme 20 mil,  pague la pieza y no se arrepentirá.”

 

El señor la reparó de pies a cabeza, como con cara de que si podría caer por sus atributos y terminar desgarrando sus deseos carnales en el cuarto de un motel.  Pero, al final, sin pronunciar palabra, hace caso omiso y sigue su camino.Lastimosamente fue otro intento fallido y otra ilusión que se apaga en la misión de esta perturbada mujer

 

“Mucha gente dice que esta es la vida fácil porque les queda sencillo  juzgar  mi oficio, pero nadie sabe lo humillante que es entregar la intimidad  a montones de personas que no se sabe de dónde vienen, a qué se dedican o qué enfermedades puedan tener,dice Orfa Rodríguez.

 

 

¡Pequeños que viajan donde los grandes!

“Ganen o pierdan, ya son unos campeones”

Por: Anderson Bracho Monsalve

 

 

Los niños de la selección sub 10 de la Escuela de fútbol de Gustavo Chaverra, viajarán en agosto a un encuentro deportivo que se realizará en Estados Unidos. Los pequeños estarán representando al barrio Castilla, y a Antioquia en generalE en el Encuentro anual de escuelas de fútbol de Latinoamérica.

 

Acompañados por un preparador físico, un representante y el director técnico, los jóvenes permanecerán en el país norteamericano durante 15 días. Disputarán cerca de seis partidos hasta llegar a la final, harán tours por la zona de Orlando y visitarán lugares turísticos de ese país.

 

Para Viviana González Henao, madre de un menor participante del viaje, esta es una oportunidad:  “estoy más emocionada que mi hijo, el hecho que el niño solo tenga 10 años y a esa corta edad conozca un país al que es demasiado difícil entrar, ya es ganancia, que se dé el lujo de salir del país, ya que nadie de mi familia ha podido llegar hasta allá. Ganen o pierdan la competencia, él es un campeón”.

 

Los menores están apadrinados por familias residentes en Orlando y son los padres de jóvenes integrantes de una de las escuelas con las que se foguearán los antioqueños. “Los muchachos solo tienen que aportar los viáticos, de resto nos encargamos nosotros y las familias que nos van a apadrinar. El grupo está muy bien mentalizado. Yo hablo mucho con los niños que vamos es a disfrutar sin importar el resultado. Es un país demasiado diferente al nuestro, por eso debemos dejar muy en alto el nombre del nuestro”, dice David Chaverra, preparador físico e hijo de Gustavo Chaverra, preparador físico del Envigado Fútbol Club, y fundador de la Escuela de fútbol Gustavo Chaverra ubicada en el barrio Castilla.

 

“Tengo mucho susto, pero a la vez ganas, voy a conocer un país muy extraño y que sé, es de mucha plata, voy a dar todo en la cancha y a conocer bastante, quiero venir con la copa de campeón”, declara José Miguel Álvarez González, integrante de la selección sub 10 de la escuela Chaverra.

 

 

Recuerdos de una vida en la "nada"

Por: Katherin Rendón

 

 

Jaime  Alberto  Rivera,  más   conocido  como  Pizzuty,  es  un  hombre  de   49 años  de  edad, habitante del  barrio Aranjuez. Es reconocido entre los vecinos  por   su  carisma y  por ser   una  persona  servicial, se   ha  convertido  en  uno  de  los  personajes más  importantes  en  su  cuadra  por  ser  acomedido  y alegre, siempre  tiene una   historia  para  contar.


Jaime es  el mayor de  cinco  hermanos. Proveniente de una familia  humilde, según él, no le tenían cariño. En su búsqueda de la felicidad, Pizzuty encontró en la droga  un escape  de   la  realidad.

 

Estudió  en   la  institución  educativa   Gilberto Álzate  Avendaño y  a  los  16  años  de   edad  comenzó un  camino largo acompañado de  las  drogas,  pues,  como él  lo  afirma,  pudo más la  curiosidad de joven, probó  y  se  quedó pegado a ellas.

 

Para   costear  su   adicción  comenzó a  trabajar,  pero  esta  misma  hizo que  perdiera  su  empleo, ya que en varias ocasiones  faltaba  por  quedarse   fumando  y en  reuniones con  sus  “amigos”.

 

Mario  Restrepo, amigo de la  adolescencia de  Pizzu,  recuerda  que  en la   juventud,  Jaime   hizo  parte   del conflicto  que  se  vivía  en  Aranjuez,  pero comenta: ”a pesar de  pertenecer a  un  combo,   Pizzuty,  no   fue  malo,  no  tenía    alma  para  ser  un ladrón y nunca   fue   capaz de  matar a  nadie”.

 

Jaime fue  obligado a  abandonar  su  casa, debido a que por la falta de empleo no podía   colaborar  para  el sustento del   hogar y ahí afirma hacer tocado fondo,  pues  tuvo que   buscar,  de  cualquier  manera, la forma  para   conseguir  la  marihuana  y  el  bazuco que  consumía. Ya  poco  le  importaba  alimentarse  y  vestirse   bien, él sólo  pensaba  en saciar sus ansias.

 

Con una mirada cansada, unas cuantas arrugas en su cara, cuenta su historia  observando el horizonte, que en esa época olvidó de mirar. “Estuve en ese rincón, éramos muy pobres. Yo llegué al extremo de convertirme en indigente”, recuerda Jaime con el dolor y la decepción de haber perdido los mejores años de su vida.

 

Por  los  enemigos  que   ganó  cuando estaba  metido  en el  combo de  su  barrio, tuvo que salir huyendo de  Medellín ,  pasó  por   varias  ciudades  de   Colombia   pidiendo  aventones  de  los  camioneros,  hasta    llegar  a Venezuela.

 

Se  instaló  por  unos  años,   esperando  a  que  las  cosas en su ciudad   natal se  calmaran. A su regreso  se   internó en un  centro de  rehabilitación  donde  estuvo  por  tres  años, y de donde, asegura,   salió  con  muchas  metas   y  expectativas   para   su  vida.

 

El querer construir una vida nueva  y  sus sueños, no fueron suficientes para Jaime, pues de nuevo en la realidad se encontró con una sociedad que no le  ofrecía  muchas  oportunidades  para  salir adelante  y  cambiar. Volvió   a  su  hogar pero  en él  tampoco  contó  con mucha   suerte,  pues los  problemas   no  dejaron de aparecer.

 

“Hubo muchas peleas  en el  barrio y   por   momentos  volvía  a   caer”  y  añade con frialdad, “cuando fumo  bazuco, me  vuelvo como loco, soy muy  agresivo  y   quiero  matar”.

 

Cuando deja  de  fumar dedica  su  tiempo a  construir   o  reconstruir   objetos  en madera,  a  hablar  con jóvenes  que,  como algún  día  él  lo  hizo,  comenzaron probando  la  marihuana  y ahora  se  encuentran  atrapados   en  este  mundo que ahoga a miles entre CO2 y alucinación. “Parados  en una  esquina, acabando lentamente su  vida. Uno  los  aconseja  pero  está comprobado que no  entienden  razones”, expresa  Pizzuty  con tristeza.

 

 

¡¡¡Los skateboard se toman las calles de Medellín!!!

Por: Nataly Gómez

 

 

De parque en parque, de calle en calle, entre los 15 y los 20, con sus patinetas en mano, listos para un nuevo reto. Hombres y mujeres  unidos con un mismo fin.

Así son ellos: los skateboard, uno de los grupos urbanos de Medellín, reconocidos en la sociedad por crear su propio estilo. Se caracterizan por hacer uso de los espacios públicos, ya que no cuentan con sus propios espacios. Además de ejecutar con sus tablas movimientos de gran velocidad acompañándolos del sonido de una buena canción punk, el tipo de música que los identifica.

 

En Medellín cada vez aumenta el número de parques y con estos la cantidad de grupos que los frecuentan. Jóvenes rebeldes e inconformes con la sociedad quienes disfrutan de lo que hacen y no sólo lo toman como la mejor opción para la diversión, sino como un reto para vivir nuevas experiencias y sentir la adrenalina con cada salto, que día tras día practican para mejorar y no olvidar. Como es el caso de Paula Cristina Osorio, skater desde hace seis años quien asegura que “ser skater es simplemente la mejor manera de vivir y apasionar la vida”.  

 

Lo cierto es que en la ciudad cada día se incrementan más estos grupos de jóvenes, que para muchos son sinónimo de rebeldía y caos social, y para otros son simplemente las revelaciones de las nuevas generaciones.

 

“Aunque en muchas ocasiones nos sentimos rechazados, o más bien juzgados  por la sociedad, para nosotros lo más importante es disfrutar de lo que hacemos teniendo siempre presente nuestro lema: ‘la rebeldía’”. Concluye Paula Osorio con una gran sonrisa.

 

Y es que, indudablemente, sin importar raspones y morados producto de una buena caída, este grupo de jóvenes demuestra cada vez más a la ciudadanía que formar parte de este no sólo es sinónimo de cultura y diversión, sino que además es un estilo de vida en el que se hace uso de la libre expresión.

 

 

Jesún Torres, un copacabanita que convive entre vivos y muertos

Por: Jonathan  Gómez Henao

 

 

La noche es fría, poco a poco se van apagando las luces de las casas, el reloj de la iglesia Nuestra Señora del Carmen de Copacabana  marca las 11 horas y 30 minutos, momento en el cual, Jesús Torres,  más conocido como “chucho huevo”, sale de su hogar con mucho entusiasmo, alegría y devoción, esta última actitud indica que no va precisamente para una rumba, por el contrario, su destino es un lugar bien diferente, al cementerio de la localidad, en donde  las benditas ánimas del purgatorio esperan su llegada para salir  a dar un paseo por cada uno de los barrios. Sí, a este hombre lo podemos llamar Jesús, “chucho huevo” o el animero.

 

 

Este personaje lleva conviviendo con los vivos hace 63 años y con los muertos 43; es el encargado de ofrecerles,  durante todos los noviembres un descanso eterno a las benditas ánimas del purgatorio,  además de ello es  padre de cuatro hijos, a quienes  les da ejemplo con su buen desempeño como trabajador  y como persona y es un esposo colaborador y amoroso.

 

En su mochila de vida son muchos los logros alcanzados por  Jesús Torres, no sólo por su jubilación en la Alcaldía de Copacabana como funcionario público, hace 21 años, sino  también el reconocimiento como animero, así lo dice “chucho huevo”, “gracias a lo que yo realizo con las ánimas me he hecho reconocer en todo el municipio por los habitantes y en muchas de las ciudades del país”. Con orgullo de todo aquello, Jesús Torres, ha dado de que hablar en mucho de los medios de comunicación colombianos.

 

Los campanazos de la iglesia vuelven y suena, esta vez dando la media noche, hora en la que “chucho huevo”  hace el llamado a las ánimas para salir con ellas  y  dirigirse por cada uno de los barrios de Copacabana. En medio del frío y la lluvia torrencial el animero, sin poner resistencia a las circunstancias climáticas, comienza su recorrido acompañado de  las venditas ánimas del purgatorio y algunos habitantes del municipio. Con una vestimenta compuesta  por un sombrero, una capa,  unos guantes y una pequeña campanita; a la vez recitando en voz alta  esos rezos que retumban y estremecen en cada uno de los barrios del municipio “un padrenuestro por las benditas animas del purgatorio por amor a Dios”.

 

Cada uno de los elementos que Jesús Torres tiene para su ritual como animero representa un significado, es por ello que dice “el sombrero es para cubrirme la vista para no observar hacia atrás, porque dicen que el animero durante su recorrido no puede ver a las ánimas que se encuentras tras de él ya que pueden privarlo, la capa y los guantes los utilizo para protegerme del frio y la campanita sirve para que las personas que se encuentran en sus casas escuchen que pasa el animero orando por las almas y desde su hogar realicen un rezo por el descanso eterno de los difuntos, de hecho por cada padrenuestro que uno rece se están salvando más de mil almas”.

 

Luego de un largo recorrido, mientras la luna y las estrellas están brillando y la lluvia cesando, el reloj de la iglesia vuelve nuevamente y retumba sus campanazos, indicado las dos de la madrugada, hora en la que el animero regresa aquellas animas que salieron de su morada, a su estado actual,  ellas esperando que al otro día vuelva “chucho huevo” a  hacer  nuevamente su recorrido y él esperando obtener más fortaleza para continuar al  otro día con el recorrido completo, de ida y  vuelta.

 

Por lo tanto, Jesús Torres,  este primero de noviembre del 2011 comenzará nuevamente con su labor como animero  en el municipio de Copacabana, en donde durante todo el mes recitará estas palabras: “un padrenuestro por las benditas animas del purgatorio por amor a Dios”, acompañado de los demás  creyentes.

 

 

Ser reina no tiene distinción de edad

Por: Yonatan  Duque Villa

 

 

En la Comuna Dos, tres mujeres adultas mayores llevan con orgullo el título de reinas de la tercera edad. Su sonrisa  y carisma, aún radiantes, fueron el secreto que las llevó a ganar el certamen en sus distintos años.

 

 

En el 2007, Carmen Rebeca Velásquez fue la primera adulta mayor que recibió el título de Reina de la Tercera Edad. Desde entonces, toda su atención ha sido puesta en pro de la comunidad, pues es una líder que está siempre presente en las actividades que hace la corporación organizadora del evento para beneficiar esta población.

 

Gabriela Ruiz Aristizabal, es la segunda adulta mayor en ser reina. Ella continuó con la labor de Carmen Rebeca. Su principal distinción, sin lugar a dudas, es su sonrisa, tan cálida y hermosa.  mbién, con un carácter fuerte, con rectitud y simpatía, María Leonora Parra de Giraldo es otra de las  reinas de la tercera edad. Ella, incansable luchadora por los derechos humanos y la equidad, vela por el bienestar del adulto mayor.

 

Es una mujer de 63 años de edad que le gusta ser líder de la comuna y que se apasiona por cada Labor que hace en pro de la misma. “para mí es muy importante el reinado del adulto mayor, para que las mujeres de esta población se den cuenta que todavía son muy útiles, que son servibles en muchas cosas y que el hecho de que uno no se haya ganado una corona cuando tenía quince o veinte, no tiene que ser impedimento para serlo ahora a sus 50, 60 o 70 años” asegura firme y clara de lo que piensa.

 

Son cinco en total las reinas que ha tenido el adulto mayor en la Comuna Dos de Medellín. Las representantes del 2009 – 2010 y 2011-2012 no fueron posibles de contactar, pero según cuenta Evelio Cotrino, director de la corporación organizadora El Renacer de Mis Abuelos “se busca que todas cumplan con las mismas características, por eso son igual de simpáticas, carismáticas y con buena conciencia social de su población”

 

 

 

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